lunes, 18 de febrero de 2013

Julia De la Rúa entrevista a Gonzalo Martin autor de "Un insólito día para Silvestre Mendo"

UN INSÓLITO DÍA PARA  SILVESTRE MENDO”   
                

J. De la Rúa Ante todo me gustaría realizarte una entrevista que no se cimentará en preguntas y respuestas sino en la consideración de los pensamientos que vayan imponiendo de alguna manera dicha reflexión, y, en este caso, comentar mutuamente nuestras experiencias vividas con la novela Un insólito día para Silvestre Mendo, que aparecerá próximamente en Araña editorial.

Para mí Un insólito día para Silvestre Mendo es una novela con connotaciones muy especiales… una especie de construcción-desconstrucción en la vida de un ser humano y a la vez de la sociedad en la que vive que va convulsionando el pensamiento del lector continuamente.

Un ir venir por la literatura del realismo sucio, pero también una explosión de escape hacia una literatura metafísica, filosófica o existencial. Además el valor que yo le doy es el exquisito gusto por el vocabulario extenso… lo que invita a esforzarse en saber más sobre la vida del personaje y, por extensión, del mundo en el que habita. Lo que está fuera de nosotros y que nos destruye y lo que está dentro de nosotros y destruye… Es tal vez una forma de pensamiento oriental que a mí me fascina encontrar en la literatura, y que muy pocas veces  detecto en la narrativa actual. Lo fascinante es que un escritor tan joven aparezca en la escena literaria con su primera novela  desnudando todo nuestro sistema de vida... El espíritu y la mente con todas sus necesidades, creadas por la hipocresía de vivir a expensas de la sociedad corrupta y la necesidad imperiosa de escapar hacia una salida que además tú en tu historia dejas abierta hacia un sinfín de posibilidades de escape... Es una metáfora de la vida y la muerte conmovedora.

G.MARTIN Me gusta pensar en Silvestre como un comodín humano del que hay que aprovecharse. Como si fuera un jodido aliviadero sobre el que arrojar nuestras mierdas y miedos. Me explico. A todos nos cuesta romper con la tensión estructural de nuestra vida diaria, el jefe, los hijos, los sueños que quedan en NADA, etc... Silvestre es la vía de escape a todo eso; leyendo su historia podremos identificarnos con él o todo lo contrario, que nos guste más o menos, pero siempre estaremos abriendo una fisura emocional en nuestra (casi siempre) monolítica SUBJETIVIDAD. Silvestre presenta un perfil tan alambicado, complejo e incrédulo, que facilita enormemente coger lo que nos interese de él y tirar el resto. Ya habrá otro al que ese componente residual satisfaga.

Y es así, a partir de una cadena de desechos reHECHOS, reciclados y restilizados, como se saca provecho de su miseria. Como con el cerdo: hasta los andares. Él sabe que tiene para todos. Tiene determinación para dar y tomar, paciencia para asimilar el rechazo, hidalguía para enmendarlo. Y no le interesa mucho más. Tan sólo el beneplácito de cada uno de los individuos. Pero ¿por qué? ¿Por qué no manda todo a la mierda, qué le importa a él la ruindad de la gente? Es nuestro particular cabeza de turco. Un perro de paja ficticio que aúna características de todas las tendencias y se convierte así en piedra angular del desquite, o algo así. Está ahí para que todos le veamos; para que encontremos atractivo alguno de sus atributos y nos aferremos durante el tiempo que dura el viaje. Al fin y al cabo lo interesante de la vida es la variedad.
Y por eso nada a su alrededor parece absoluto, salvo sus cojones. El que piense que encontrará al final de la obra un desenlace único y verdadero, se equivoca. Para eso pueden leer a cochinos megalómanos tipo Pérez-Reverte, las  trilogías basura HOMBRESQUENOAMABANASUSPERROS o TENGOGANASDETI,DECAGARTEENCIMA y todo eso... Pero a mí que no me vengan con pautas ontológicas inamovibles.

J.De la Rúa - Tu reflexión hace que me pregunte a qué tipo de lector vas a impactar más. Me cuesta creer que una opinión tan reflexiva sea entendida fácilmente, y no ya por la profundidad de lo que quieres trasmitir, sino por haberse perdido el hábito de leer literatura que obliga a la acción o necesidad de madurar el pensamiento cotidiano existencialista... 

G. Martin - ¿Todavía te preguntas a qué tipo de lector gustará más? ¿quién beberá los vientos por el tonto y entrañable Silvestre? Claramente las NENAS se volverán locas por él (Y POR MÍ), ENTRARÁ COMO UN JODIDO VAPOR SALIDO DE UN GASEODUCTO. ¿Crees que no? Dale tiempo. 
En cuanto a la comprensión de algo tan delicado como la pobre grandeza, el bien dentro del mal y demás contradicciones existencialistas... pues es el reto que me impuse, el no querer dejar a nadie indiferente. Y no es fácil. Creo que, a pesar de lo excesivo de la composición gramatical y eso (aunque es una prosa casi automática), el mensaje de “haz algo más por ti que quejarte” es perfectamente compatible con el lector de a pie, con el lector acostumbrado a la basura masticada y puesta en bandeja. Me joden mucho las lecturas sin LECTURA ENTRE LÍNEAS. Y ésas son tan comunes... Qué puedo decir.

J .De la Rúa- Hace sólo unos días Kike De la Rúa ―nuestro editor― me hablaba de tu novela. Él, que supervisa todas las ediciones, pocas veces me obliga a escuchar una reflexión propia del trabajo que está visionando... Lo cual me hace sentir que además va a encajar muy bien entre una generación nacida en los 70-80 que fue mimada al máximo y por lo tanto desconoce el verdadero “desclasamiento”  juvenil del momento... Y por otro lado estamos los hijos de los niños que sufrieron la Guerra Civil española u otras guerras, que luchamos en los 70 por la reivindicación de la libertad cultural, social, sexual y que experimentamos a escritores como Sartre, Simone de Beauvoir, Albert Camus, Kafka, Robert Musil...
G. Martin - Cuando a finales de los años sesenta y principios de los setenta comenzó el activismo estudiantil anti-franquista en el seno de las universidades, la “inteligencia” del régimen se encontró con que no sólo los hijos de los rojos reivindicaban el CAMBIO, sino también muchos jóvenes de familias adeptas al régimen. Esto era algo nuevo, y también muy SIGNIFICATIVO y preocupante. Suponía que aquellos que nacieron después de la guerra (especialmente ya a finales de los cuarenta y en los cincuenta, esa generación vuestra), al no sentir directamente “suya” la cruzada que habían abanderado sus padres, perdían interés por la defensa del ideal casposo de la España Grande y Libre y buscaban libertad (no habían conocido el hambre del mismo modo, y esto, supongo, ayudaba también a ver las cosas de otro modo, a abrazar con menos fervor los extremos).
Bien, pues algo análogo sucede hoy en día, sólo que al revés. Esa generación de los setenta y ochenta que dices (hijos de los que propiciaron el cambio), esas personas que todo lo tuvieron (AÚN más que sus padres), ven que para el futuro de sus hijos el ÓRDEN puede cambiar, que se está tirando por el váter lo conseguido y que no se volverá a gozar del mal llamado “bienestar”, y en ese sentido puede que su congoja encaje con el drama de Silvestre; que se vean DESCLASADOS, como tú dices. Pero no sólo por las generaciones futuras, también por ellos mismos. Van a leer y se van a enfrentar a miedos tumorales de difícil atenuación, pero van a ver que con dignidad y determinación las cuentas salen, y que otra España (otro Mundo) es posible. 
J. De la Rúa A mí me gustaría saber, y que seas muy sincero... en qué generación te ves o sientes más tú, y a la vez en cuál menos... 

G.Martin Bufff es una pregunta difícil de responder. Yo, como autor y pretendidamente literarca (¿no te gusta mi nueva acuñación?) no me adscribo a ninguna generación, a pesar de haber nacido en los ochenta. Me debo abstraer y arbitrar. Ya hablé en otra entrevista sobre el REVERSIONISMO, sobre el devolver a ciertas cosas el estado que tuvieron antes, y creo que, tal y como están las cosas, convivir de forma productiva HOY sería más fácil si estuviese de nuevo TODO por hacer. Pero qué puedo decir, por otro lado creo que se han conseguido avances cojonudos, en el campo de la medicina y eso (algunos legislativos también; ALGUNOS) y la pérdida del norte moderno podría acarrear mucho sufrimiento. Pero coño, por divagar que no quede: ABORREZCO EL SIGLO XXI, el siglo que, teniéndolo todo a su favor para el verdadero despegue, decidió seguir anclado en la corrupción y el disparate. ¡Viva Extraña!

J. De la Rúa -Te había pedido sinceridad y se nota. Me ha llamado la atención lo de las Nenas... Creo que ahí te has dejado llevar por tu lado como músico, Las NENAS van detrás de los músicos con más facilidad que las lectoras. Las mujeres que leen son más exigentes. La lectura te lleva directamente a la intimidad profunda; no interviene un físico con una guitarra o una voz con micrófono... al menos yo, cuando leo, el autor de un libro suele desaparecer, no existe… los personajes son mucho más importantes y vitales. Después queda el autor al cual sólo imagino distante, mítico. Generalmente los escritores somos  más esquivos que los músicos u otros artistas ¿no? Y por otro lado en estos  tiempos de MANIFIESTOS FEMENINOS ¿no crees que las mujeres ―no “nenas”― se puedan volver locas por el autor a través de tu personaje Silvestre Mendo? ¿Y por qué no los NENES y hombres? ¿Se volverán locos por Gonzalo Martín y su personaje?

G. Martin - A ver, por partes. Yo también creo que es más reconocible (y que tiene que serlo) el músico que el escritor. Sobre todo porque una novela no se defiende encima de un escenario, como sucede con la música. Un grupo graba un disco y después viene una promoción. Con un libro son contadas las ocasiones en que el autor se deja ver en público para defender sus TESIS. Así que coincido en tu consideración sobre el hermetismo y misticismo del que escribe. También porque generalmente se identifica al escritor con la ERUDICIÓN senil; cuanto más viejo, más profundo y acertado... ¿no? Y cuanto más viejo menos interesa su físico a la hora de VENDER EL PRODUCTO. El hecho de que yo sea joven, desconcertante y ATRACTIVO hasta el perineo no significa que los demás escritores lo sean (ahora es cuando vendría la carcajada de quitar hierro a esta salida ególatra, pero me da que no voy a escribirla).
Sobre si las mujeres se pueden volver locas por Silvestre, no lo sé, desequilibradas hay en todos lados, algo que no deja de ser entrañable... Silvestre NO SOY YO, eso que quede claro (no al menos en un ¿5%?)... 

J. De la Rúa - Has dividido bien los tiempos generacionales.  Aborreces el siglo  XXI, ¿todos los libertarios lo aborrecemos? Yo estoy comenzando a dudar de si lo aborrezco. Me ha dado por pensar que es un SIGLO tan NUEVO que cuesta asimilarlo. Este siglo comenzó con la podredumbre del peor siglo de la historia, el siglo XX… y sorprendentemente se ha ido limpiando con las revoluciones de todo tipo poco a poco…  Tengo la esperanza de que sea el mejor de los siglos hasta ahora… Creo que se reconstruirán muchas instituciones basura, que los humanos seremos más nobles y sobre todo inteligentes, que los niños de ahora serán educados en las verdades culturales, el arte y la espiritualidad, y que ellos terminarán con las guerras y las explotaciones humanas. Los derechos humanos vendrán de  manos más puras que las nuestras. A nosotros nos queda decir ¡AMO MI TIEMPO! Entonces todo comenzará a florecer ya que nos veremos obligados a la lucha por conseguir la belleza. Al menos yo, Julia De la Rúa, como mujer, y sólo como mujer humana, sin mi bagaje artístico o empresarial, lucharé. Sinceramente creo que es la única solución. No sigamos quejándonos de los políticos, del pasado, de la basura… quejémonos de nuestra apatía, nuestro servilismo, nuestra manía de esperar todo de los demás! RE-Inventémonos, hagamos nuestra independencia social, pero unidos entre todos… es ¿Utopía? Yo creo en UTOPÍA. Está entre nosotros, ¿y sabes cuándo más me he dado cuenta? ¡En el final de Silvestre Mendo! Ahí es cuando tú, su creador, creaste a un ser vital en nuestras vidas, la lucha por la verdad y la Esperanza.

G.Martin- Te doy la razón en que es aún pronto para tirar la toalla con respecto al siglo XXI... sólo llevamos doce o trece años de recorrido... y también es cierto que los primeros años de una centuria no lo son ESTRICTAMENTE de esa centuria, pertenecen aún a la anterior... son la preparación para lo que vendrá, el ajustarse a las nuevas pautas... ¿no crees? Así que sólo ahora estamos entrando en lo que será el nuevo siglo, y si la (I)LEGITIMIDAD CARISMÁTICA, LA NO-SEPARACIÓN DE PODERES y todo eso se mantiene seguiremos premiando al fraudulento, al exponente humano diarréico... La verdad es que no soy tan optimista como tú; aciertas en la obligación de despojarse de los servilismos, pero creo que los niños que son ahora niños crecerán encantados con el juego sucio, la tecnología desmedida y, en general, lo que los adultos les vamos a enseñar con el ejemplo. ¿No ves tú que es consustancial a la persona el interés y el utilitarismo? Sólo la revolución con sangre puede cambiar algo, igual que ha sido siempre. Pero se agradece que haya gente así de apasionada, como tú.

J.De la Rúa - Gonzalo, tal vez  me excedí con mis ideales en mis palabras, tú puedes reflexionar sobre ellos y criticármelo, pero afortunadamente pertenecí a los 70 y cuando aún éramos adolescentes  ―en comparación con la adolescencia de ahora ya teníamos varios hijos,    familia propia, cosa que tú también, y te “desclasas” de la norma actual con tus maravillosas mujer e hija― y destruimos nuestro entorno corrupto por los prejuicios y la DICTADURA... ¿Qué ha pasado después? Me duele ver un gran retroceso en los últimos veinte años... Por eso cada cual tendrá que asumir los POR QUÉ y tener el valor de reconocer los errores y no volver a cometerlos… Quizás los jóvenes de hoy se han acomodado y pululan por la vida amparados por sus padres ya casi jubilados, y no me digas que ¡no hay trabajo! Porque entonces nos inventábamos los trabajos y luchábamos por ser autónomos, partíamos de la nada y sacábamos nuestras empresas adelante, teníamos imaginación, creatividad y, claro, no viajábamos tanto, ni teníamos todo este consumismo  de mierda a nuestras espaldas. También está claro que muchos de nosotros construimos esta sociedad corrupta, para qué decir nombres, ya da asco repetirlos, por eso digo que cada cual debe de asumir sus propios ¿POR QUÉ lo hice?

G.Martin - La crisis de hoy está fundamentada en la chapuza de Transición que las fuerzas políticas vomitaron con su “saquemos todos tajada” y con su escasa visión de futuro. También la entrada en el euro y la estupidez de europeizar Europa (el tratar de equipararnos todos, sin tener en cuenta la heterogeneidad regional) han contribuido a este fracaso. En el caso de nuestro país, con la nueva moneda el crédito internacional (plagado de trampas) entró a raudales con dramática facilidad y propició el endeudamiento ilógico que pagaremos QUIENES NO LO ELEGIMOS. Si hubiésemos mantenido la peseta esto no habría tenido tanta incidencia, porque no nos hubieran dado tanta liquidez y cuestiones como la burbuja inmobiliaria no habrían pesado tanto. Qué puedo decir, eso que apuntas sobre el que cada uno se responsabilice creo que no sucederá, porque es consustancial al español el escaquearse, el culpar al de al lado... Siempre hemos sido así, se trata del COMPLEJO ESPAÑOL. Se ha pasado de la reivindicación legítima a la pérdida de la memoria histórica. La gente es ignorante y lo celebra. Los jóvenes especialmente, así que no creo que esto vaya a cambiar ni un ápice.

J.De la Rúa- Y, después de todo, esta convulsa historia literaria: Un insólito día para Silvestre Mendo, en la que de alguna manera nos hemos visto envueltos con nuestras divagaciones, me  he dado cuenta de que la palabra AMOR se vislumbra de una manera casi ¿surrealista? Y es por ello que no debo terminar sin atreverme a preguntarte por el amor. Háblame sobre este Ente sublime... ¿Aún existe? ¿Tenemos tiempo de AMAR? ¿Cómo vive un joven de nuestros días esa sensación tan vital para el ser humano? ¿Eres romántico? ¿Cómo amas? ¿Has reflejado tu forma de amar en Silvestre ―al que yo personalmente conjeturo un amor etéreo, tal vez porque no se compromete del todo, y ya no solo por él, sino por los que le rodean― o ¿ Silvestre se compromete tanto en el AMOR que no sabemos asimilarlo?

G.Martin- Uff qué preguntas tan difíciles me haces joder, ¿quieres que pierda el halo de tipo duro que me he creado? JAJAJA. Como decía Bukowski, el amor es una perra del infierno. El amor es cruel y no da tregua, y por eso no todos están dispuestos a involucrarse en su dimensión porculera. Supongo que sí existe el amor, pero no tiene por qué reducirse sólo a cuestiones de pareja y todo eso... El amor es un estado de consciencia, una forma de vida... Hay quienes aman en cada ámbito del existir y hay quienes no podrían amar ni a su puta madre. Hay gente zafia y egoísta cuya vida es un CHANCLETEO de zapato roto. Supongo que en virtud de eso YO AMO, y lo haré siempre. Y Silvestre también. Me niego a aceptar que el amor tenga forma, realidad o fecha de caducidad. 

J.De la Rúa- Con esta reflexión me despido, cierra tú o deja abierta esta charla entre los dos, para mí ha sido un regalo y una necesidad vital conducirla por este camino de la comunicación entre ambos, ya que tú escribiste una historia y me la ofreciste, la leí... y de ahí la consciencia final. ¡Un libro para los demás! ¿Cuántos vendrán después? Espero que  muchos… ya que NOS espera un futuro maravilloso, Gonzalo, y lo sé porque nosotros tenemos la obligación de des-CONSTRUIRLO y a través de nuestra literatura, música, poesía… pintura… construir  una VIDA NUEVA.

G. Martin - Araña Editorial aceptó mi verborrea ostentosa y pensó que era algo que merecía la pena difundir. Quisiera agradecer que esto no haya sido una entrevista al uso sino un intercambio de golpes (bienintencionados) en el que ¿quién ha resultado vencedor? Habrá  GONZALO MARTÍN para rato. 

J.De la Rúa- Bravo! Gonzalo Martín… ¡te entrego un golpe final! Tus reflexiones me han dejado una conclusión, que  nuestra barrera generacional no ha sido impedimento para soltar nuestra verborrea de transgresores, vagabundos, desclasados  del sistema…. y con ella aun hacemos a este sistema más caduco….y  con nuestro destape libre, más o menos místico o más o menos humano o más o menos inteligente… DEMOSTREMOS cada cual con nuestro Ser-Exitencial-Cultural, esa realidad que nos distingue.

¡Va por ti!  Besos… ARTE  ¡e imaginación al PODER!

Para Araña editorial
Julia De la Rúa, escritora y artista plástica.
Febrero 2013  Paterna (Valencia)